NUÑO DE GUZMÁN Y TANGANXOAN II


El conquistador Nuño Beltrán de Guzmán según está pintado en el Codex Telleriano Remensis (foja 44r)

Tomado de Iberoamérica Social. Autor: Julián Córdova Toro

Esta entrada versa sobre el conquistador español del siglo XVI Nuño Beltrán de Guzmán y la historia de conquista y colonización española del occidente mexicano, conocido como Nueva Galicia.

Nuño de Guzmán nació en Guadalajara (31 de octubre del año 1490). Provenía de una importante familia hidalga castellana. Era hijo de Hernán Beltrán de Guzmán “El Viejo”, que ocupaba el cargo de Aguacil de la Santa Inquisición en tiempos del reinado de los Reyes Católicos. Además se le presupone descendiente de Pedro de Guzmán, Corregidor de la ciudad de Guadalajara durante el reinado de Enrique IV. La historiografía española ha dejado de lado a este importante personaje para la historia de América al no ser uno de los conquistadores de los imperios Azteca o Inca y al haber utilizado un trato vejatorio e inhumano hacia los indígenas.

Esta es la segunda entrada en este blog dedicada a un conquistador del actual México, tras la dedicada a Bernal Díaz del Castillo.

El conquistador Nuño Beltrán de Guzmán según está pintado en el Codex Telleriano Remensis (foja 44r)

En el año 1525 nuestro protagonista viaja a Sevilla donde recibe instrucciones del monarca Carlos I para que viajara al año siguiente a América como Gobernador de la Provincia de Panuco y Victoria Garayana, territorio conquistado previamente por el Adelantado Francisco de Garay (Sopuerta, Vizcaya, 1475- La Habana, 23 de diciembre 1523) y sus capitanes. El viaje fue tormentoso y la expedición perdió una carabela, lo que hizo que tuvieran que parar en la isla de Santo Domingo. Allí, Nuño contrajo malaria, lo que le provocó que se quedara en Santo Domingo durante siete meses, pudiendo retomar el viaje y llegar a Panuco el 24 de mayo de 1527. La única ciudad en toda la provincia en aquellos momentos era Santisteban del Puerto, que se encontraba a 57 kilómetros de Ciudad de México.

La llegada de Nuño de Guzmán a Panuco no fue casual, sino que su nombramiento es debido a un movimiento político de la Corona española que pretendía limitar el enorme poder que Hernán Cortés estaba consiguiendo debido a sus exitosas conquistas. De hecho, la Corona creó la Audiencia de México en 1528 para poder controlar mejor el vasto territorio y le otorgo su liderazgo a Nuño de Guzmán y no a Hernán Cortés, lo que muestra claramente los deseos del monarca de excluir a Cortés de los cargos públicos en América.

Una vez asentado en su cargo, Nuño de Guzmán se dedicó a la trata y venta de indígenas como esclavos. Según el fraile vizcaíno Juan de Zumárraga, fueron entre 10 mil y 15 mil los indígenas vendidos por nuestro protagonista. Esta práctica le provocó que fuera tremendamente criticado por varios contemporáneos importantes en la conquista de América. Sin ir más lejos, Bartolomé de las Casas, el principal ideólogo de la protección del indio en América, califica a Nuño de Guzmán como “el gran tirano”. Además, Vicente Riva Palacio, escritor mexicano del siglo XIX (Ciudad de México, 16 de octubre de 1832 – Madrid, 22 de noviembre de 1896), dijo lo siguiente de Nuño de Guzmán: “el aborrecible gobernador del Panuco y quizás el hombre más perverso de cuantos habían pisado La Nueva España”. También es conocido por la historia como “el monstruo de la crueldad”.

Nuño de Guzmán consiguió permiso para explorar las tierras occidentales del actual México, aún sin explorar, y montó una expedición con unos 300 españoles, algo más de 6 mil indios auxiliares y cañones, que partió el 21 de diciembre del año 1529. El lugarteniente fue Cristóbal de Oñate (Vitoria u Oñate, Guipúzcoa, 1504- Nueva España, 6 de octubre 1567) y el Maestre de Campo Antonio de Villarroel. El objetivo de la expedición era encontrar una civilización parecida o superior en importancia a los Aztecas, ya que nuestro protagonista tenía una gran rivalidad con Hernán Cortés, el cual se encontraba en Castilla resolviendo asunto referentes a su gobernación. Nuño pretende aprovechar la ausencia de su enemigo para intentar arrebatarle sus territorios.

La expedición partió de la ciudad de México por el rumbo de Toluca e Ixtlahuaca hasta Tzinzintzan (Michoacán). Llegó a Ocotlán y a Tonalá (Jalisco). En julio del año 1530 la expedición llegó a la región de Aztlán. Al empezar la temporada de lluvias, la expedición se quedó atrapada en la zona sin poder moverse durante meses.

El 20 de septiembre cayó una fuerte tempestad que provocó una crecida de los ríos que se desbordaron inundando el campamento de los castellanos. Más de mil indios que estaban enfermos de viruela murieron ahogados mientras los conquistadores apenas lograron escapar. A la inundación siguió una peste, y tanto españoles como indios enfermaron. A pesar de este gran contratiempo, Nuño de Guzmán continuó su expedición y en el mes de noviembre llegó al sur de Sinaloa.

Tras conquistar Sinaloa, la expedición continuó su camino y a principios del año 1531 los castellanos hacen su entrada en la región de los Totorames, para posteriormente llegar a Chametla en donde permanecieron algunos días. Desde Chametla, la expedición partió hacia el norte llegando a la provincia de Quezalá.

A partir de ese momento, Nuño de Guzmán decide enviar dos patrullas de reconocimiento con el objetivo de encontrar alguna civilización indígena importante. Una expedición estaba liderada por Lope de Samaniego que exploró la zona hasta el Río Petatlán. La segunda fue liderada por Gonzalo López, quien cruzó la Sierra de Topia llegando hasta la región del Río Nazas. Ninguna de las dos patrullas encontró rastro alguno de civilización importante, ni encontraron tampoco un paso que conectara las costas sinaloenses con Tampico.

Mientras tanto, nuestro protagonista decide fundar una villa para proteger el territorio conquistado y la establece en el lugar que actualmente se encuentra el pueblo de Navito, denominándolo San Miguel. Nuestro protagonista permaneció allí hasta el 15 de octubre del año 1531. Estableció un gobierno de carácter militar bajo las órdenes de Diego de Proaño y comenzó el repartimiento de tierras entre los soldados que decidieron quedarse en la región. También ordenó la fundación de la Villa del Espíritu Santo en Chametla, otorgando el cargo de Alcalde Mayor al Capitán Cristóbal de Barrios.

Durante toda la expedición, Nuño de Guzmán y sus hombres destruyeron y quemaron todos los asentamientos indígenas que iba encontrando a su paso, mostrando en todo momento una gran crueldad con los indígenas, a la vez que iban creando villas castellanas nuevas. Para nuestro protagonista esta expedición fue un fracaso ya que no encontró ninguna de las dos cosas que buscaba en ella: por un lado, tesoros y riquezas; y por otro lado alguna civilización indígena del potencial de la azteca, para conseguir fama como la que consiguió Hernán Cortés. Nuño de Guzmán exploró y conquistó en siete años casi la tercera parte del actual México.

Nuestro protagonista llamó al nuevo territorio Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España y la capital que había fundado Villa del Espíritu Santo de la Mayor España. Pero a la Reina Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, que gobernaba en nombre de su esposo mientras este estaba de viaje, no le gustó el nombre y en Real Cédula del 25 de enero del año 1531 denominó al nuevo territorio Reino de la Nueva Galicia y a la capital del territorio Santiago de Galicia de Compostela. La Corona española le otorgó el puesto de Gobernador a nuestro protagonista, ejerciendo el puesto desde ese año hasta 1536.

Nuño de Guzmán permanece en la Villa de San Miguel hasta el 15 de Octubre del año 1531, habiendo ordenado poco después la fundación de la Villa del Espíritu Santo en Chametla, y dejando como Alcalde Mayor al Capitán Cristóbal de Barrios, delimitando la Provincia de Chametla desde el Río de las Cañas hasta el Río Elota, iniciando en ese límite la Provincia de Culiacán, que abarcaba hasta el Río Evora, hoy Mocorito. Las dos provincias quedaron sujetas al gobierno de la Nueva Galicia.

En 1533 Diego de Guzmán, sobrino del conquistador, salió comandando una expedición hacia el norte con el objeto de extender las posiciones de la Corona española, llegando hasta el Río Yaqui, en el Estado de Sonora. Al no encontrar más que poblaciones escasas de alimentos, regresó sin haber dejado un solo asentamiento de españoles.

En 1534 con la instalación de la Audiencia Real de México, la Nueva España había quedado dividida en cuatro provincias, la de Michoacán, Quazacualco, México y la de los Mixtecas. Esta división no comprendía todo el territorio ocupado. Por lo tanto, en 1548 se instruye por Cédula Real y con un distrito especial, la Real Audiencia de Guadalajara, comprendiendo la provincia de la Nueva Galicia, la de Culiacán, Copala, Colima y Zacutla y los pueblos de Avalos.

Paralelamente a la división geográfica del territorio se da una doble división; la eclesiástica y la administrativa judicial, subdividida la primera en obispados y la segunda en Gobiernos, Corregimientos y Alcaldías Mayores, sistema que perdura hasta principios del siglo XVIII.

Un suceso increíble en 1536 habría de iniciar nuevas expediciones hacia el noroeste. El Capitán Diego de Alcaraz, en su recorrido por el Río Petatlán, encontró a un nutrido grupo de indios que acompañaban a cuatro españoles que venían desde la Florida, únicos sobrevivientes de la fallida expedición de Pánfilo de Narváez; eran Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Alfonso del Castillo Maldonado, Andrés Dorantes de Carranza y el Negro Estebanico, quienes describieron la existencia de siete ciudades fabulosas, en Cibola y Quivira.

En 1538 el Virrey Don Antonio de Mendoza (Mondéjar, Guadalajara 1490 o 1493-Lima, 1552), primer Virrey de la Nueva España entre 1535 y 1550 y segundo del Virreinato de Perú 1551-1552), motivado por las narraciones de Cabeza de Vaca, envió a Francisco Vázquez de Coronado como Gobernador de la Nueva Galicia en cuya demarcación estaban comprendidas las provincias recién conquistadas. Vázquez de Coronado envió al padre Fray Marcos de Niza a la exploración proyectada por el Virrey, acompañado del negro Estebanico y algunos indios, partiendo de Culiacán el 7 de marzo del año 1539, donde en su travesía por la parte Norte de Sinaloa, el negro Estebanico fue muerto y el padre de Niza volvió a Compostela a fines de año y ahí dio cuentas a Coronado.

El 23 de abril de 1540, Vázquez de Coronado sale a conquistar y poblar las tierras descritas por el padre de Niza; tras haber pasado por Petatlán penetraron al Valle de Ures donde funda con cuarenta españoles la Villa de San Jerónimo de los Corazones, la que poco a poco fue destruida por los indios del Yaqui a causa de la barbarie y dureza empleada por el Alcalde Mayor Diego de Alcaraz. Una vez establecida dicha población continuaron su recorrido explorando Arizona, Colorado, Nuevo México y Arkansas; decepcionados los expedicionarios de no encontrar riquezas tan ansiadas, iniciaron su retorno a Culiacán en abril de 1542.

En cuanto a nuestro protagonista, las actuaciones violentas contra los indios habían llamado la atención de la Corona española en general y del Virrey Mendoza en particular, quienes resuelven enjuiciarlo y envían a Nueva España al Licenciado Diego Pérez de la Torre, Juez de Residencia, (Almendralejo, Badajoz, ¿1482?- Tonala, Jalisco abril 1538), el cual encuentra enseguida graves indicios de delito, entre los que destaca el cobro con violencia de tributos a los indígenas en Huejotzingo en el año 1531, perteneciendo este territorio a Cortés y no a de Guzmán. Además, en el año 1529 Nuño de Guzmán manda apresar al Tangáxoan II, último rey del Imperio Purépecha o Tarasco, acusado de practicar oculto su religión, de asesinar a varios españoles y de alentar la rebelión entre sus súbditos. Fue quemado en la hoguera,

Entonces, Pérez de la Torre decide quitarle a Nuño de Guzmán el Gobierno de la Provincia y enviarlo preso a España, donde es encarcelado en el Torrejón de Velasco, actual provincia de Madrid, en marzo de 1544.

Bibliografía:

DÍAZ DEL CASTILLO, B. Verdadera Historia de los sucesos de la conquista de la Nueva España. En Historiadores Primitivos de Indias, Madrid, t. II, Editorial Atlas, 1947LOPEZ PORTILLO, J. La conquista de la Nueva Galicia, México, 1935.

TANGANXOAN II

Síntesis biográfica

Hijo mayor de Henziua (Zuanga), Señor de Cumanchen, fue el último cazonci (caltzontzin o irecha) de Tzintzuntzan, “donde está el templo del colibrí mensajero”, ciudad que fuera fundada por Tariácuri en 1325, junto al Lago de Pátzcuaro, en la región de la Meseta Tarasca.

Tangaxoan recibió de su padre, Zuanga, el reinado en el año de 1521. Zuanga fue hijo del décimo sexto irecha llamado Harame, quien luchó valientemente en la famosa Guerra del Salitre, y murió muy viejito a causa de una epidemia de viruela. Tangaxoan participó en la tal guerra, emprendida contra los pueblos de Autlán y Sayula, la cual perdió ante el empuje de los pueblos confederados y aliados, comandados por Copatzin, Señor de Autlán, “lugar donde camina el agua”, ciudad de la región Costa Sur de Jalisco. Como Zuanga no dejó claro quién le sucedería en el mando, se provocó un cierto caos en el gobierno, aunado a que poco tiempo después de la muerte de su padre, Tangaxoan recibió la vista de unos guerreros mexicas que llegaron a pedir ayuda armada para luchar en contra de los españoles. Tangaxoan, desconcertado, no supo qué hacer y mandó asesinar a los guerreros para que así le llevasen el mensaje a Zuanga hasta el más allá, al país de los muertos.

Trayectoria

A la llegada de un grupo de españoles, Tzintzicha organizó una cacería y ordenó ataviar a los hispanos como si fueran dioses, con guirnaldas de oro en la cabeza y rodelas al cuello, y les regaló cinco venados, tortillas de bledos, pulque y frutas; además les dio mujeres. A su vez, los españoles le obsequiaron con un perro –para que cuidase a su esposa- y diez puercos. Poco después, llegaron más españoles, y Tzintzicha les ayudó a la conquista de Colima, proporcionándoles guerreros. Finalmente, llegó el sanguinario Cristóbal de Olid. En 1522, el irecha tuvo que rendirse, -después de varias huidas por el territorio purépecha y arrastrando tras de sí una actitud temerosa y mojigata, como su colega Moctezuma- para evitar una masacre de las acostumbradas por los bárbaros hispanos. Derrotados, Tangaxoan y su pueblo juraron obediencia a la Corona española y el emperador selló un pacto de paz con Olid. Poco después, al cazonci se le bautizó con el nombre de Francisco. Su hijo, don Antonio Huittzimengari, le sucedió como cacique de Pátzcuaro.

Condena a muerte

Nuño de Guzmán, en 1529, acusó a Tangaxoan de seguir practicando su antigua religión a pesar de su supuesta conversión, de conspirar contra el gobierno español, e incluso de haber ordenado la muerte de varios hispanos. A causa de estas acusaciones, se le arrastró con un caballo, le dieron garrote y, finalmente, le ahogaron: su cadáver fue quemado en una hoguera. Debido a este hecho, el pueblo purépecha se levantó, comandado por Eréndira, Mañana Risueña, la hija de Tangaxoan. Veamos el documento de su condena:

Sentencia contra el caltzontzin

Pintura sobre el asesinato de Tangaxoan II

Fallo que debo condenar e condeno al dicha (sic) Cazonzi llamado don Francisco, en pena de lo que así ha delinquido, a que de la prisión donde está, sea sacado, las manos y pies atados, con una soga a la garganta, e con voz de pregonero que manifieste su delito, e sea metido en un zerón, si pudiere ser habido, e atado a la cola de un rocín, e sea traído en derredor del lugar donde está asentado este real e sea llevado junto al paso de este río e allí sea atado a un madero e quemado en vivas llamas hasta que muera naturalmente e hecho polvos. E si el dicho Cazonzi quisiere morir como cristiano, pues ha recibido agua del batismo, puesto después que la recibió era tornado a idolatrar, como por su confesión e por este proceso consta e parece. Mando que antes que sea quemado, le sea dado un garrote a la garganta en manera que el dicho Cazonzi muera, e del espíritu vital sea apartado, e después sea echado en el fuego e quemado como dicho es. (“Proceso que hizo Nuño de Guzmán contra el caltzontzin” Año de 1530)La ortografía está tal cual fue traducida desde el documento original.

Busto de Tangaxoan II

Busto recordando a Tangaxoan II. El último caltzontzin purépecha

Junto al Rio Lerma, allí descansan una parte de sus cenizas. Desde el año de 1989, el pueblo de Conguripo, le rinde homenaje al último Irecha Cazonci. El 14 de febrero del 2010, las autoridades de la localidad y el pueblo construyó un busto de Tangaxoan II, justo allí, donde se juntan dos ríos (Conguripu, en Purépecha).

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